Vitoria-Gasteiz Date un Respiro en Álava  

agosto 7, 2020by irenaz

RESPIROS PARA AMANTES DE LA NATURALEZA

Respirar es una de las necesidades vitales de cualquier criatura, pero existe otro tipo de respiración simbólica, íntima y esencial que no viene regulada por los pulmones y los ciclos del oxígeno y del carbono. Este proceso de recarga de acuíferos emocionales está ligado a lo experiencial y nada mejor que una naturaleza desbordada para procurar un extra de aire.

No existe una terapia más universal que darse un baño de naturaleza y la de Álava ofrece unos excedentes capaces de satisfacer a cualquier consumidor de experiencias naturales.

PARQUES NATURALES

El predominio de lo verde repara cualquier rotura del espíritu, pacifica nuestra respiración. Álava es un donante de verdes, de espacios de confort natural en los que la clorofila ejerce de maestro de ceremonias. Cinco sus parques naturales como cinco profundas respiraciones.

 GORBEIA

El Parque Natural del Gorbeia se sitúa entre los territorios históricos de Bizkaia y Álava, en torno al monte Gorbeia, de 1.481 metros de altitud. Culminarlo conlleva un premio en forma de cruz de 18 metros: la Cruz del Gorbeia, donde conviene dejarse extasiar con la panorámica y respirar libremente, aliado con las águilas, rememorando la exigencia de un trayecto al que suavizan hayas y robles flanqueando la vereda.

Además, se aconseja no resistirte a la escucha del eco de las numerosas leyendas mitológicas que resuenan sordas en el ambiente o en la historia de la propia Cruz del Gorbeia que evocará la memoria de sus dos antepasadas derribadas por otros dos vendavales.

Son más de 20.000 las hectáreas que este parque natural pone a disposición de los pulmones agradecidos de nativos y foráneos satisfechos por la conquista.

 VALDEREJO

El más reducido en superficie de los parques naturales alaveses, pero con la misma diversidad de ecosistemas.

Personajes como el río Purón se han encargado de erosionar montañas e interrelacionar prados y cultivos.

Nueve son los senderos habilitados para el recreo del caminante. El Centro de Interpretación del parque, ubicado en Lalastra, ofrece una perspectiva complementaria al visitante.

Otro de los atractivos del Parque Natural de Valderejo lo encarna la presencia en sus roquedos de la colonia de buitre leonado más numerosa del País Vasco.

IZKI

En este parque los bosques, ríos y fauna diversa invitan a respirar, además de naturaleza, patrimonio cultural. Por ello, el Parque Natural de Izki es un enclave mágico en el que conviven hayedos, carrascales, quejigales, robledales, así como charcas, nenúfares, halcones, vacas… y roca, sobre todo roca, en forma de macizos calizos como los de Soila y la Muela.

Izki proporciona la opción de adentrarse en cuevas, ermitas y caleros. Otro de los estímulos del parque se enmarca en el pueblo medieval de Korres, una armonía urbanística que devuelve al visitante a un tiempo prescrito.

Reseñables también los recorridos señalizados que se pueden transitar, con ascensiones a los montes Belabia y Muela, así como el trayecto que discurre por el acantilado de Bujanda a Korres.

 

AIZKORRI-ARATZ

 

El parque natural de Aizkorri-Aratz, situado entre las provincias de Álava y Gipuzkoa, es punto de referencia de montañismo vasco.

La localidad alavesa de Araia sirve como punto de partida para ascender al Aratz (1.443 metros).

El entorno despide una magia proveniente de las calizas urgonianas que ilustran el recorrido con barrancos, torcas y lapiaces, algunos de ellos con nombres propios como La Leze o el túnel de San Adrián que conecta las dos provincias a modo de cordón umbilical respirable.

 URKIOLA

Conformado por un relieve abrupto que descuella en el Amboto con sus 1.331 metros, el parque natural de Urkiola es un nirvana de senderistas y montañeros compartido entre las provincias de Álava y Bizkaia.

El abrazo de lo calizo pone de relieve una exuberante biodiversidad en la que se alternan bosques naturales, matorrales, pastos, y plantaciones forestales que acogen a más de un centenar de especies faunísticas catalogadas.

 

RED DE ITINERARIOS VERDES

 

LA RED DE ITINERARIOS VERDES DE ÁLAVA ES LA RESPONSABLE DE PROTEGER EL PATRIMONIO NATURAL, EL PAISAJE Y LA BIODIVERSIDAD. UNA PROPUESTA SOSTENIBLE PARA ABRAZAR EL MEDIO AMBIENTE Y OFRECER AL VISITANTE LA OPORTUNIDAD DE UN CONTACTO DIRECTO CON LA NATURALEZA.

Caminos recuperados y habilitados para el senderismo y el paseo en bicicleta, parques naturales, biotopos protegidos, los humedales Ramsar, los Paisajes Sobresalientes y Singulares y la Red de Corredores Ecológicos conforman este entramado medioambiental que permite un respiro o varios, según el momento.

Convertirse en peregrino, escuchar las historias de los robles centenarios, mimetizarse con el paisaje por la ruta verde del río Zadorra son algunas de las opciones naturales que se recogen en https://rutasverdes.araba.eus/es/rutas-verdes para completarnos los pulmones, la mente y el apego al territorio.

AGUA Y PAZ

Las múltiples tonalidades del azul, una versión imbatible de la transparencia y el sonido peculiar del agua en movimiento, conforman un magnetismo medioambiental destinado a ofrecer esa paz líquida que emana del agua alavesa en todas sus manifestaciones.

SALTO DEL NERVIÓN

 

El nacimiento del río Nervión –origen de la ría de Bilbao-, es el salto de agua del territorio nacional que salva un mayor desnivel con sus más de 270 metros de caída libre.

Conviene acomodarse en el balcón suspendido sobre el cañón de Delika para presenciar un espectáculo que entrecorta los sentidos por su majestuosidad.

Y para mantener la emoción de la ruta podremos percibir, si entrecerramos la mirada y el sentido del oído, el aullido de los ancestrales lobos en las loberas, construcciones peculiares de la zona.

CASCADA HERRERÍAS

El río Inglares busca abrirse paso a través de la Sierra de Cantabria y cuando tiene que salvar sus declives se transforma en cascadas a las que la sordina de la tupida vegetación doméstica y envuelve de sosiego.

Cascada y paz interior, una paradoja que se materializa en la Ruta del Agua de Berganzo, un itinerario que perdura en el recuerdo de todo aquel que lo realiza, porque pocas alianzas más íntimas que las de un curso de agua discurriendo por uno de esos bosques encantados que abundan en Álava.

 GUJULI

Un río, el Jaundia; un escarpe calizo de más de 100 metros de desnivel; un proceso geológico erosivo que ha ido desgastando la roca; un mirador estratégico; incluso la leyenda de un pastor y de una lamia (ser mitológico del folclore vasco); ¿el resultado?: la cascada de Gujuli, una pirotecnia de agua en movimiento que exige una visita, de descubrimiento o de refuerzo, mejor en otoño o en primavera, para que el caudal agite con su estruendo los sentidos dormidos.

 PLAYAS DE LANDA Y GARAIO

El agua detenida, el agua remansada, el agua casi estabulada para uso humano, se convierte en disfrute cuando se ha tenido cuidado en no agredir el medio natural. Así ocurre en las playas de interior enclavadas en los pantanos de Landa y Garaio, un ecosistema en que la respiración se ralentiza por el superávit de sosiego, pero que también ofrece al visitante zonas lúdicas para realizar deportes acuáticos y áreas de picnic.

El cuidado del escenario líquido viene avalado por la concesión sostenida de banderas azules por la calidad de las aguas, la limpieza, la información y los servicios de unos embalses que consiguen ser lagos.

BIOTOPO DE LAGUARDIA

Se entiende por biotopo un espacio geográfico uniforme que cobija una diversidad homogénea de vegetación y fauna. El de Laguardia está conformado por cuatro pequeños humedales endorreicos (sin comunicación con cursos de agua) que varían de nivel en función de las precipitaciones. Existe una ruta habilitada que bordea el humedal más extenso y que permite saborear un paisaje diferenciado inserto en una tierra eminentemente vinícola y observar un amplio catálogo de aves que se detienen en Laguardia como descanso en sus rutas migratorias.

AIRE PURO

La pureza del aire no se mide por la ausencia de contaminantes, sino por la capacidad de renovación emocional que provoca en quien lo respira. El aire puro va camino de convertirse en especie protegida, en una exclusividad solo al alcance de privilegiados. Álava puede presumir de una atmósfera con muchos quilates de pureza.

 SANTUARIO DE ORO

Su toponimia no está relacionada con el preciado metal; hay que sumergirse en las etimologías del euskera para relacionarlo con prominencia, elevación, descuello. Los lugares elevados sobre lo circundante a menudo han suscitado deseos de ocupación. Hay restos arqueológicos en el paraje que se remontan al 750 A.C., pero la primera constancia histórica del santuario es de 1138.

Edificio magnificente y dominado, enclavado a 850 metros sobre el nivel del mar, ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo de su historia, incluso un incendio estuvo a punto de reducirlo a ruina en 1913.

En la actualidad goza de un esplendor rehabilitado y de una panorámica dual que permite dividir la mirada entre la Llanada y el valle de Zuia.

 

PARQUE DE LA FLORIDA

Los parques urbanos tienen por objeto regenerar la atmósfera de la ciudad. El de la Florida es un gran pulmón verde en el corazón de Vitoria-Gasteiz, además de ser un rincón emblemático lleno de historia.

Multidisciplinar en su utilización; evocador por conservar un clasicismo de otro siglo; pedagógico por albergar un jardín botánico en su interior; paisajístico por contener un sinfín de especies vegetales; y utilitarista por acoger la sede del Parlamento Vasco, el Parque de la Florida es un oasis de pureza en un marco urbano. Son ya dos siglos ejerciendo como testigo de los respiros de los vitorianos cuando buscan un espacio amable en el que sentirse en plena naturaleza sin salir de la ciudad.

 SIERRA DE ENTZIA

Cuando la naturaleza se viste de largo no hay aspecto humano que la pueda igualar. La Sierra de Entzia constituye uno de esos teatros vegetales y orográficos que no defraudan ni a los ojos más exigentes. Situada en el extremo nororiental de la provincia, sus 50 km² contienen una pluralidad de paisajes en los que predominan los hayedos y los quejigales, sin desmerecer, superados los 1.000 metros, los brezales y los enebros.

Calizas descarnadas que atraen a montañeros, caminantes y entusiastas de la prehistoria que se solazan ante la proliferación de monumentos megalíticos.

 VIÑEDOS DE LAGUARDIA Y LABASTIDA

Aunque el destino de la vid es mayoritariamente vino, también es paisaje, escenario y hábitat. La densidad de los viñedos de Laguardia y Labastida, dos de los corazones de Rioja Alavesa, ha derivado en una reserva de pureza natural que provee al visitante de una añadidura de naturaleza alineada, humana de gestación, pero igualmente reconfortante a una mirada que adquiere una tonalidad distinta en función de la estación del año, porque esa mutación cromática es otro de los atractivos del paisaje.

 CAMINOS DE SANTIAGO E IGNACIANO

Todos los caminos conducen a Roma, pero también a Santiago. Una de las grandezas del Camino es la multitud de alternativas que ofrece al peregrino. Cuatro son las etapas de una ruta alternativa que discurre por la provincia alavesa a la que se accede por el túnel de San Adrián y se abandona por Salinillas de Buradón.

El camino Ignaciano discurre 70 kilómetros por la provincia alavesa, divisibles por lo habitual en cinco etapas. Sin masificaciones, internándose por algunos de los escenarios naturales más agrestes de Álava.

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